LOCALARCHITECTURE, con sede en Lausana, ha diseñado un nuevo edificio para el campus de la Escuela Rudolf Steiner en la cercana localidad suiza de Bois-Genoud, utilizando una inteligente combinación de madera, mampostería y hormigón.
El pabellón responde a las necesidades de la escuela proporcionando espacios flexibles y accesibles. Su diseño incorpora materiales naturales y conecta con zonas al aire libre, reflejando la filosofía educativa de la escuela, que hace hincapié en la armonía con el entorno natural. El diseño compacto y sostenible del edificio ofrece espacios eficientes y funcionales para el aprendizaje y las actividades comunitarias, centrándose en la practicidad, la flexibilidad y la conexión con la naturaleza.
La estructura de dos plantas tiene una sutil curvatura en planta y presenta una fachada revestida de madera, con entramado oscuro que soporta un tejado en voladizo y un balcón sostenido por tirantes. Situado frente a la zona central de la escuela, el edificio actúa como amortiguador, protegiendo el campus del ruido y las distracciones visuales causadas por la autopista y las líneas eléctricas cercanas.
El nuevo edificio, que sustituye a un pabellón anticuado que no pudo renovarse, presenta un sistema de circulación similar con una rampa y una escalera exterior para facilitar el acceso. Ambas plantas ofrecen una entrada a nivel del suelo, que conecta directamente el aparcamiento y el patio.
Los arquitectos describen el tejado a dos aguas del edificio como un símbolo de transición del norte al sur, que da la bienvenida a los visitantes desde el exterior. Este concepto se ajusta a los principios de la arquitectura antroposófica, influida por las ideas del filósofo austriaco Rudolf Steiner. Steiner creía que la arquitectura debía armonizar tanto con el cosmos como con la naturaleza humana.
La estructura incluye un armazón de madera flexible y muros de ladrillo de tierra en forma de acordeón. Las aulas están dispuestas en forma hexagonal en lugar del diseño paralelo convencional, lo que favorece la circulación fluida por todo el edificio. Las aulas están situadas de forma que capten la luz del sol y las vistas desde el sureste y el suroeste, mejorando la conexión con el paisaje circundante.
Un balcón suspendido en la primera planta da al patio, mientras que los grandes aleros crean una interacción perfecta entre los espacios interiores y exteriores. El diseño compacto permite que las zonas exteriores a ambos lados del edificio funcionen como extensiones de las aulas, apoyando el énfasis de la escuela en el aprendizaje al aire libre y el estrecho contacto con la naturaleza.
Construida con energía pasiva y principios bioclimáticos, la estructura está diseñada para minimizar el impacto ambiental. Se eligieron materiales locales, como madera suiza y ladrillos de barro, para reducir la energía incorporada al edificio. En el interior, los paneles de abeto sin tratar evitan el uso de pinturas químicas, mientras que el exterior está revestido de alerce suizo resistente a la intemperie. Las fachadas acristaladas de los lados este, sur y oeste actúan como colectores solares pasivos, calentando los interiores de forma natural. Los aleros dan sombra en verano, y los árboles cercanos contribuyen a regular el clima.
La integración del edificio en el paisaje incluye un sistema de gestión del agua que canaliza las aguas pluviales a través de caminos abiertos por todo el solar. El agua de lluvia recogida en el valle central del tejado se vierte en dos puntos de las fachadas este y oeste, fluyendo hacia pozos de infiltración o siendo absorbida por el suelo. Este sistema respalda una estrategia más amplia de gestión de la escorrentía y fomento de una interacción sostenible con el medio ambiente.
El proyecto contó con una fuerte implicación de la comunidad: alumnos, padres y residentes locales participaron en diversos aspectos de la construcción. Alumnos y padres trabajaron junto a aprendices de albañil para colocar los ladrillos Terrabloc de la pared interior principal, mientras que una iniciativa de autoconstrucción ayudó a construir el cobertizo de los aparejos. Los miembros de la comunidad también participaron en la pintura de algunos tabiques de yeso, fomentando una conexión más profunda entre la comunidad escolar y el nuevo edificio.