El propietario de un edificio con sede en Nueva York causa un gran impacto en Chicago con una suite específica centrada en captar la esencia de la ciudad. Situado en la segunda planta, el espacio prefabricado y totalmente amueblado está a la altura de la línea de tren Brown Line, una característica que sirvió de inspiración al equipo de diseño.
En la zona de recepción, los paneles metálicos personalizados imitan los intrincados patrones de las entradas de la estación y establecen una fuerte conexión urbana. La paleta de colores refleja las tonalidades de los andenes elevados de Chicago, mientras que los elementos curvilíneos del suelo, los plafones y la iluminación reflejan los bucles de las vías del tren y aportan una dinámica sensación de movimiento. El estudiado planteamiento de diseño da como resultado un entorno refinado que se siente tan vibrante como su entorno urbano.